¿Qué es el ronquido?

¿Qué es el ronquido?

 

¿Qué es el ronquido?

El ronquido es un sonido que se produce durante el sueño cuando el paso del aire a través de la garganta se ve parcialmente bloqueado, ocasionando que las estructuras de la parte posterior de la boca (como el paladar blando y la úvula, conocida como “campanilla”) vibren.

Mientras dormimos, los músculos del cuello y la faringe se relajan, lo que puede reducir el espacio por donde pasa el aire. Si este espacio se estrecha demasiado, el aire provoca una vibración más intensa, generando el ruido característico al “roncar”.

En algunas personas, el ronquido puede ser suave y esporádico; en otras, llega a ser tan fuerte y constante que interrumpe el descanso tanto del individuo como de quienes duermen cerca. Además, el ronquido puede ser un indicio de un problema más grave, como la apnea del sueño, un trastorno donde se presentan pausas en la respiración durante la noche.


¿Qué puede desencadenar el ronquido?

Existen diversos factores que pueden favorecer o agravar el ronquido. A continuación se describen los más comunes:

1. Posición al dormir

  • Dormir boca arriba: Cuando uno duerme sobre la espalda, la lengua y otros tejidos de la garganta se desplazan ligeramente hacia atrás, reduciendo la abertura de las vías respiratorias. Esto hace que el aire circule con dificultad y se produzca el sonido al respirar.
  • Dormir de costado: Acostarse de lado suele ayudar a que las vías aéreas permanezcan más despejadas, pues la lengua no se va hacia atrás. Esto suele disminuir los ronquidos.
  • Dormir boca abajo: Aunque puede facilitar la apertura de las vías respiratorias, suele resultar incómodo para la espalda y el cuello, por lo que no siempre es la solución ideal.

2. Exceso de peso u obesidad

  • Acumulación de grasa en el cuello: Si el área del cuello es muy gruesa, ejerce mayor presión sobre la vía respiratoria, dificultando el paso del aire.
  • Presión en el abdomen: La grasa acumulada en la región abdominal puede presionar el diafragma, alterando la forma en que respiramos mientras dormimos.
  • Problemas asociados: La obesidad con frecuencia se acompaña de otros padecimientos (como reflujo gastroesofágico) que también pueden empeorar los ronquidos.

3. Hábitos y condiciones de salud

  • Fumar: El tabaco irrita e inflama las vías respiratorias, aumenta la producción de moco y favorece la congestión, dificultando la circulación del aire.
  • Consumo de alcohol: El alcohol relaja los músculos del cuerpo, incluyendo la garganta; al haber más flacidez, el ronquido suele aumentar.
  • Cenas pesadas o muy tardías: Comer en exceso antes de dormir puede provocar digestiones más lentas e incluso reflujo, lo que irrita la garganta y empeora el ronquido.
  • Desvío de tabique nasal: Si el tabique que divide las fosas nasales está torcido, respirar por la nariz se vuelve más complicado, fomentando la respiración bucal y el ronquido.
  • Rinitis, sinusitis y resfriados: Estas afecciones causan congestión nasal y, en consecuencia, la persona duerme con la boca abierta, aumentando las probabilidades de roncar.
  • Amígdalas agrandadas: Un tamaño excesivo de las amígdalas reduce el espacio en la faringe, dificultando el paso del aire.
  • Alteraciones hormonales: Algunos desequilibrios hormonales pueden influir en el peso corporal o en la retención de líquidos, afectando las vías aéreas.
  • Envejecimiento: Con la edad, los músculos de la garganta y la faringe tienden a volverse más flácidos, lo cual contribuye al ronquido.

Relación con la apnea del sueño

Cuando el ronquido es muy fuerte y se acompaña de pausas en la respiración durante la noche, se sospecha de apnea del sueño. Este trastorno se caracteriza porque la respiración se interrumpe brevemente varias veces mientras dormimos, reduciendo los niveles de oxígeno en el cuerpo.

  • Riesgos para la salud: La apnea del sueño se relaciona con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas, diabetes e incluso deterioro cognitivo. Además, puede empeorar la calidad de vida debido al cansancio crónico.
  • Prevalencia: Se estima que cerca del 32,9% de la población padece apnea del sueño, aunque muchos casos no han sido diagnosticados.
  • Importancia de la detección temprana: Si no se trata, la apnea del sueño puede aumentar las probabilidades de sufrir problemas cardiovasculares y otras complicaciones médicas. Por ello, reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional es esencial.

¿Cuándo buscar ayuda médica?

Aunque el ronquido puede ser simplemente un ruido molesto, hay situaciones en las que es recomendable acudir a un especialista:

  1. Ronquidos muy fuertes que perturban el descanso de quienes están alrededor.
  2. Ronquidos constantes (casi todas las noches) que no mejoran con cambios simples de rutina.
  3. Síntomas acompañantes, como:
    • Dolor de cabeza al despertar
    • Somnolencia excesiva durante el día
    • Dificultad para concentrarse e irritabilidad
    • Latidos cardíacos irregulares
    • Cansancio persistente, incluso durmiendo varias horas

En estas circunstancias, un médico (por ejemplo, un otorrinolaringólogo, un neumólogo o un especialista en trastornos del sueño) podrá evaluar el caso de forma detallada. Puede que se requiera una polisomnografía (estudio del sueño) para determinar si existe apnea u otros trastornos.


¿Cómo dejar de roncar?

El tratamiento del ronquido depende de sus causas y puede ser tanto clínico como quirúrgico.

Tratamiento clínico

  1. Cambios en el estilo de vida

    • Evitar el alcohol y el cigarro: El alcohol relaja la musculatura de la garganta y el tabaco irrita las vías respiratorias. Reducir o eliminar estas sustancias puede mejorar significativamente el ronquido.
    • Modificar la posición al dormir: Dormir de costado suele ayudar a mantener la vía aérea abierta.
    • Almohadas adecuadas: Usar una almohada que eleve la cabeza aproximadamente 14 cm puede alinear mejor el cuello y la columna, facilitando la respiración.
  2. Pérdida de peso

    • Dieta balanceada y ejercicio: Al disminuir la grasa corporal (especialmente en el cuello y el abdomen), se reduce la presión sobre las vías respiratorias.
  3. Terapia con fonoaudiología (terapia del habla y lenguaje)

    • Ejercicios específicos: Mediante actividades que fortalecen la lengua, el paladar y la faringe, se puede reducir la flacidez de los tejidos que generan el ronquido.
  4. Dispositivos intraorales

    • Aparatos de avance mandibular: Son férulas o moldes que reposicionan la mandíbula y la lengua, evitando que obstruyan el paso de aire.
  5. CPAP (Presión Positiva Continua en la Vía Aérea)

    • Funcionamiento: Es una máquina que suministra un flujo constante de aire a través de una mascarilla, manteniendo las vías respiratorias abiertas.
    • Uso en apnea del sueño: Se considera el tratamiento principal para la apnea del sueño. Se ajusta según los resultados de exámenes como la polisomnografía y bajo supervisión médica.

Tratamiento quirúrgico

  1. Cirugías nasales y faríngeas

    • Corrección de desvío de tabique: Un septo nasal alineado facilita la respiración por la nariz.
    • Reducción de amígdalas y/o adenoides: Si están agrandadas, su retirada puede ampliar el paso de aire en la faringe.
  2. Cirugías óseas faciales

    • Reajustes en la estructura ósea: Se recomiendan cuando existen problemas anatómicos significativos (por ejemplo, maxilar muy pequeño) que contribuyen a la obstrucción.

Evitar factores desencadenantes

  • Fumar
  • Consumir alcohol en exceso
  • Usar almohadas muy bajas
  • Realizar comidas copiosas antes de acostarse

Asimismo, cuando el ronquido está ligado a alguna condición específica (por ejemplo, rinitis, sinusitis, desequilibrios hormonales u obesidad), el abordaje más efectivo es tratar primero la causa subyacente.


Conclusión

El ronquido va más allá de ser un simple sonido molesto durante la noche. Puede ser una señal de que algo no marcha bien en la salud, como apnea del sueño u otros trastornos. Por ello, si el ronquido se presenta con frecuencia, es muy intenso o se acompaña de síntomas como somnolencia diurna, dolor de cabeza o irritabilidad, es importante buscar atención médica.

Adoptar hábitos de vida saludables, mantener un peso adecuado y evitar sustancias que irriten o relajen en exceso la garganta son pasos fundamentales para mejorar la calidad del sueño. Asimismo, el diagnóstico y tratamiento adecuados permiten evitar complicaciones y garantizar un descanso reparador, indispensable para una buena salud física y mental.

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